Día once
Redacción Justicia por Cecilia.
El jueves 19 debía ser la última jornada de testimoniales del juicio por el femicidio de Cecilia Basaldúa. Un proceso a lo largo del cual fueron quedando en evidencia las irregularidades en la investigación de la Fiscalía y la debilidad de las pruebas sobre las que descansa la acusación. Nada parecía indicar que esta jornada fuera a ser diferente, hasta que una nueva y trascendental prueba aportada por la querella -y que estuvo a disposición de la fiscalía desde mayo de 2020- dejó en evidencia el escandaloso accionar de Paula Kelm en la investigación de la causa. A raíz de la incorporación de esta prueba debió suspenderse el juicio hasta el próximo 10 de junio. Al finalizar la jornada de testimoniales con la declaración de ocho personas, quedó expuesta una vez más la ausencia de pruebas contra el único imputado, así como una serie poco clara de decisiones tomadas durante la investigación que no colaboraron en nada para esclarecer el femicidio de Cecilia.
La Mesa de organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos que acompañan a la familia Basaldúa en el juicio por el femicidio de Cecilia, informan sobre la undécima jornada, el día 19 de mayo de 2022, desarrollada en los Tribunales de Cruz del Eje.
Una prueba desestimada por la Fiscal de Instrucción
La audiencia empezó alrededor de las 10:15 horas. Lo primero que hizo el Tribunal fue notificar su exclusión a uno de los jurados populares dado que no pudo realizar la inspección ocular del pasado viernes 13. Cabe comentar que este jurado es una persona mayor, quien no pudo acceder al lugar por cuestiones de movilidad.
A posteriori la abogada de la querella, la Dra. Daniela Pavón aportó una prueba que vuelve a evidenciar las irregularidades de la investigación, así como también permite formular una hipótesis sobre el femicidio de Cecilia muy diferente a la planteada por la fiscalía de instrucción y muchos de los testigos. Pavón dio a conocer una denuncia del 15 de mayo del 2020 -es decir, 20 días después de encontrar el cuerpo de Cecilia y a la posterior imputación de Lucas Bustos- realizada por los propietarios de una vivienda muy cercana al basural. Los propietarios, quienes no se encontraban en esa casa por el aislamiento decretado durante la pandemia, al regresar a la misma ese día, encontraron violentada la cerradura de entrada y el candado; y al ingresar hallaron, entre otras cosas, un colchón con sangre. Esto fue denunciado en la comisaría de Capilla del Monte, donde no se le dio importancia. La querella que representa a la familia Basaldúa solicitó sumar esta prueba a la causa. El Presidente del Jurado, Escudero, se mostró reticente, pidiendo más detalles a la Abogada, quien pudo aclararlos. En ese momento, el Presidente del Jurado pidió que el texto de esa denuncia llegara durante el mismo día y dispuso que lo enviara un móvil policial de Capilla del Monte. Todas las partes estuvieron de acuerdo en agregar este nuevo elemento al juicio. Sin dudas, esta prueba puede provocar un giro muy importante en la causa.
Finalmente, declaró Stella Maris Almada
A continuación, se expuso la primera declaración de la mañana, por parte de la testigo Stella Maris Almada, quien compareció después de reiteradas citaciones por parte del Tribunal. Finalmente ayer dio su testimonio por videollamada, ya que declaró no hallarse en la zona. Manifestó que había conocido a Cecilia Basaldúa en marzo de 2020: «la conocí en la vereda de mi casa tipo 10 de la mañana«; cree que entre el 18 o el 17 de marzo. La testigo recordó que, en ese entonces, los vecinos pasaban y decían a Cecilia que no podía estar ahí por la pandemia. “Entonces yo me acerqué para ver si necesitaba algo, un vaso de agua, algo que le pudiera ayudar”. Cecilia pidió agua para tomar, y Almada le dijo que no se podía quedar ahí. Cecilia le respondió “que se iba a quedar en casa de unos amigos. Entonces ella me deja los bolsos en mi casa y se va a buscar comida”. A los 20 minutos, de acuerdo al tiempo que Almada estimó, Cecilia volvió y «estaba feliz porque había conseguido el lugar. Le pido el número de teléfono para quedarme tranquila y a la noche me comunico con ella”. Entonces Cecilia le contó que estaba en la casita de piedra que le había prestado Nigga, al lado del río, y que estaba algo asustada porque no podía asegurar la puerta de entrada.
Ante las preguntas del Fiscal Cuello sobre ciertos detalles de la última vez que había visto a Cecilia, Almada dio respuestas contradictorias en relación a su anterior declaración testimonial en Fiscalía. Además reconoció haber ido a declarar espontáneamente a la Comisaría tras enterarse de la desaparición de Cecilia. Pavón le preguntó si recordaba haber notado que Cecilia llevara algo en las manos, y la testigo contestó que no. Consecuentemente se leyó su anterior declaración, en la que afirmó que llevaba un celular LG color negro ese domingo por la noche.
Junto a las contradicciones por parte de Almada, se percibe su nerviosismo al preguntarle si su hijo, Lucas Almada, había sido citado a declarar. La testigo respondió que sí. Brandt le pregunta si su hijo salía con frecuencia a hacer compras con Cecilia. Ella le contestó que no, que fue sólo ese día cuando Lucas Almada fue a hacer las compras y ahí vio a Cecilia. Al decirlo, se pone muy nerviosa y casi llora. Después, la testigo dice que ella vio a Cecilia ese último día, que se iba para el lado del parque.
Federico Juárez: “trascendidos de la comunidad”
El segundo testigo de la mañana fue Federico Juárez, quien pertenece a la radio JSM, locutor y periodista. Dicho testigo fue quien publicó el 20 de abril de 2020 que había aparecido un cuerpo calcinado en el basural de Capilla del Monte, y luego bajó la publicación desde las redes del medio. Declaró que en la comunidad se decía que había aparecido un cuerpo calcinado en el basural. “Los oyentes preguntaban” y Juárez se comunicó, cree, con el jefe de Bomberos, quien le desmintió todo, y le informó que era una información falsa. Relató que esa información le había llegado de “trascendidos de la comunidad”, y que al reconocer que era falsa, lo aclaró en la publicación.
La Policía Barrial: Vergara, Iglesias, Arrascaeta y sus dudas sobre Mainardi
El tercer testimonio debía ser el de Romina Vergara, pero no compareció. Esta testigo, al igual que Iglesias y Arrascaeta que declararon después, pertenece a la Policía Barrial del departamento Punilla, con base en Carlos Paz. Su función consistía en realizar relevamiento de datos. Hicieron entrevistas en la zona que va desde la casa de Mainardi y los Tres Puentes. A Mainardi lo entrevistaron cuatro veces. Sus testimonios van en consonancia, y aportan una llamativa declaración de Mainardi.
La tercer testigo fue Débora Keisy Orona Arrascaeta. Ella, al momento de la instrucción por el femicidio de Cecilia, era agente de la Departamental Punilla-Villa Carlos Paz de la División Policía Barrial. Un oficial principal le reportó que había una persona desaparecida en Capilla del Monte, por lo que la enviaron allí junto al cabo Iglesias y la agente Romina Vergara. Su trabajo consistía en realizar entrevistas ordenadas por la superioridad. Les pusieron en conocimiento de la causa, y luego hicieron una recorrida por el pueblo con la función de entrevistar gente por los lugares donde había estado Cecilia. Estuvieron entre 18 y 20 días viajando cada mañana a Capilla del Monte. Si había algo importante, lo reportaban ante su superior. No tenían directivas para abordar a nadie en particular.
Recordó que entrevistaron a Mario Mainardi unas cuatro veces. De acuerdo a Orona Arrascaeta, Mainardi siempre se mostró “intranquilo”, y hablaba siempre con las mujeres policías. Una vez -cree que fue la última- se mostró muy intranquilo y manifestó “que estaba cansado de que todo el mundo lo quería culpar a él”, y que “no podía hablar más con los uniformados”. En la testimonial, el Dr. Battiston leyó que la oficial había declarado anteriormente que, en una entrevista realizada a Mainardi el 21 de abril, él se había angustiado, entrando en llanto y diciendo que le echaban la culpa a él, que estaba cansado. “Estoy nervioso, siempre me echan la culpa a mí, como si yo le hubiese dado un golpe a esa chica”. El testimonio de Orona Arrascaeta es coincidente con el de Iglesias en este punto: Mainardi parece saber con anterioridad a la autopsia, e incluso a que se encontrara el cuerpo de Cecilia, que ella había sufrido un golpe.
«Los últimos días ya no teníamos tanta información, estábamos lejos de la zona. Nosotros colaboramos en la información que le brindábamos a los investigadores». Explicó que se juntaban los tres oficiales de la División Policial Barrial para elaborar el informe que elevaban a la superioridad.
Después de que apareció el cuerpo de Cecilia, Orona Arrascaeta afirmó que los otros dos agentes y ella no siguieron trabajando en Capilla del Monte y que enviaron los resultados de las entrevistas después de irse del pueblo. La testigo declaró que mientras estuvieron esos días haciendo las entrevistas en Capilla del Monte, nadie nombró al Sr. Bustos.
Moisés David Dib: No se puede establecer si el cadáver se encontró siempre allí
El cuarto testigo fue el doctor Moisés David Dib, jefe del Instituto de Medicina Forense de Córdoba, organismo que depende del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia. De acuerdo a lo que manifestó, Dib intervino asesorando al informe forense de la Dra. Moreta. El Jurado le comentó que se presentan algunas discordancias en las que podría colaborar.
El profesional explicó que sobre el cuerpo de Cecilia se hicieron muestras de entomología. Dichas muestras se tomaron para analizar la presencia de larvas, es decir, cómo habían actuado los insectos -en este caso algunas especies de moscas- que abordan los cuerpos que están en descomposición. La entomología estudia, en este caso, qué antigüedad tienen esas larvas. Al haber moscas que actúan inmediatamente y otras pasado un tiempo, esto permite conocer más sobre la fecha de muerte. En su declaración, Dib reconoció que no se puede establecer categóricamente si el cadáver estuvo siempre allí o no. Es decir, que tampoco se puede descartar la posibilidad de que lo hayan trasladado desde otro lugar.
Battiston le consultó sobre la falta de marcas de animales carroñeros, si había alguna explicación. El doctor respondió que, en algunas zonas, los cadáveres pueden ser destruídos por insectos únicamente, sin intervención de animales carroñeros o que también puede ser erosionada por otros animales. El especialista agregó que los baqueanos de la zona deben tener más referencias sobre este tema, ya que ellos conocen cómo actúan dichas alimañas sobre los animales muertos. En este sentido, cabe recordar el testimonio del arrendatario del campo, Walter Luna, quien afirmó con mucha seguridad que en esa zona “con tres días que un animal esté muerto, te lo comen entero los pájaros negros. Te lo agarra una tanda de pájaros y no te dejan nada, te dejan los huesos”.
Raúl Alberto Jesús Iglesias fue el quinto testigo del día. Él es cabo, trabajaba en la Policía Barrial de Carlos Paz. Junto con Débora Arrascaeta y Romina Vergara, viajaron a Capilla para hacer un relevamiento ordenado por la superioridad. El testigo cree haber llegado a Capilla del Monte en marzo.
En la Comisaría, recordó, le leyeron el sumario “de lo que se sabía”. Junto con Arrascaeta y Vergara fueron entrevistando gente a partir de la casa de Mario Mainardi, y hallaron a una mujer mayor (Stella Maris Almada) quien dijo que Cecilia tenia un celular Samsung de color negro. Al otro día regresaron a entrevistar a esa misma mujer y repitió lo mismo. Fueron al camping, sin resultados. Mario Mainardi habló siempre con las dos policías mujeres. Señaló que una vez escuchó que Mario Mainardi lloraba y decía que “lo querían culpar de lo de la chica, como si la hubiese golpeado”. Una vez más llama la atención el hecho de que Mainardi supiera con anterioridad a la autopsia, e incluso a que se encontrara el cuerpo de Cecilia, que ella había sufrido un golpe.
Iglesias sostuvo que no hablaba con Mainardi, “le tenía rechazo, no sabe por qué”. Este policía recalcó que “Mario Mainardi tenía algo que ver” y a pesar que el jurado le indicó que no haga conjeturas, él sostuvo que está capacitado en criminalística. Después testificó que “los jefes se enojaron y nos sacaron de la zona”. Los mandaron a otros lugares: camping, tres puentes, sin resultados. Entrevistaron a un muchacho de 18 años, que vivía al lado de Mainardi, que había escuchado música fuerte ese día. “En las entrevistas nunca nos mencionaron a Lucas Bustos.” Iglesias declara que “la gente de Homicidios” buscó a Mainardi y se lo llevaron, y luego sus superiores les reclamaron por qué lo habían hecho si no eran de un grupo especial. Este testigo dio a entender que por hacer bien su trabajo, causaron molestias a sus superiores. Además, Iglesias declaró que se sentían observados por Mainardi y Viviana, “la Rasta”, que los veían siempre que salían a relevar gente.
Adrián Lúquez: “Terminamos un rastrillaje y empezamos otro. Se me pueden mezclar las cosas”
Luego del testimonio de Juárez, se pasó a un cuarto intermedio. A las 14:20 horas se retomó la audiencia con el sexto testigo del día. La declaración fue la de Adrián Lúquez, por videoconferencia, desde Villa Mercedes (San Luis).
Lúquez tiene 42 años, actualmente trabaja de paramédico, pero en el año 2020 era comisario de Capilla del Monte. Estaba de licencia al momento de la detención de Lucas Bustos. Hasta entonces no conocía al imputado.
El testigo recordó que ese año estuvo trabajando, meses antes de la desaparición de Cecilia, con la búsqueda de Mariela Natalí, una mujer santafesina de 44 años, que fue vista por última vez el 4 de febrero de 2020 en Capilla del Monte. Su cuerpo fue hallado sin vida el 18 de febrero en un arroyo de esa localidad. Desde la Mesa encontramos alarmante las similitudes de su caso con el de Cecilia. Otra mujer desaparecida en Capilla del Monte, otro cuerpo hallado en un arroyo, apenas unos meses antes. En la búsqueda de Mariela, continuó Lúquez, realizó rastrillajes y rastreo con canes.
El excomisario no recordaba bien cómo tomó conocimiento de la desaparición, “si fue por la denuncia de los familiares, o por el dueño del hotel dónde ella estaba parando”. Relató que durante la desaparición de Cecilia Basaldúa se trabajó tomando dos líneas: por un lado: la parte investigativa, “la llevó el subcomisario Zárate, manejaba todos los datos que le pasaban” junto a Bracamonte. Por otro lado, Lúquez con el comisario inspector Romero trabajaron en la línea del rastrillaje, una tarea coordinada desde el cuartel de bomberos. Declara que se utilizaron canes y drones.
De acuerdo a Lúquez, la búsqueda comenzó desde el punto 0: “Creo que era el puente cerca de la iglesia” donde se vio a la víctima por última vez. A una pregunta de la abogada del imputado, María Claudia Brandt, sobre el punto 0 de la búsqueda, Lúquez aclara: “Terminamos uno (por Mariela Natalí) y empezamos otro. Se me pueden mezclar las cosas. Creo que habían encontrado una ropa o una mochila y desde ese punto se inició el rastrillaje”.
Relata que estaba con licencia por vacaciones cuando se encontró el cuerpo, que hace dos años que está afuera de la policía y no recuerda bien. En relación a la intervención en el sumario en la comisaría, dice que los civiles manejaron la parte de investigación para que no se filtrara información.
Elbio Antonio Agüero: “El personal que estuvo en la búsqueda se refería a que ella estaba buscando el acceso a la ciudad de Erks”
El séptimo testimonio fue aportado por Elbio Antonio Agüero, policía retirado. Sus dichos volvieron a mostrar la falta de criterio y los prejuicios que marcaron la búsqueda de Cecilia Basaldúa. En el año 2020, Agüero era Comisario Inspector, Jefe del Departamento de Investigaciones Zona Sur de Punilla. Declaró que no conoce al imputado, y que tomó conocimiento del caso a partir de un parte de Desapariciones de personas. Dice que intervino uno o dos días después de la noticia de la desaparición de Cecilia y que se trasladó a Capilla del Monte en varias oportunidades, “participé de la búsqueda, anduve por el río”. La orden era entrevistar a todas las personas, en diversos sectores de los campos. “Comenzamos a buscar desde el primer lugar. Desde la casa donde se fue, entre medio hay un puente [se refiere a los Tres Puentes] donde según testimonios habían encontrado sus pertenencias”. Siguieron la búsqueda camino al cerro. A Mainardi lo vio en la plaza de Capilla del Monte, dónde estaban todos reunidos.
Después de la detención de Bustos, Agüero volvió a Capilla del Monte. “Estaba en la dependencia policial. Me dijeron que el autor había confesado. Permanecí un tiempo más y después me retiré”.
Agüero explicó que también se buscó a Cecilia por San Marcos Sierras, donde además se hizo un rastrillaje por el costado del río. Las tareas se repartían en base a lo que surgía el día anterior. Bomberos de Capilla del Monte coordinaba, y la parte policial el comisario inspector Bracamonte. En relación a la información que le iban dando los días de la búsqueda, dijo no recordar que hayan nombrado a Lucas Bustos.
El testigo declaró que estuvo de turno el día del hallazgo del cuerpo. Fue uno de los primeros que llegó. Volvió a acompañar a efectivos para el retiro del cuerpo, porque el pronóstico indicaba tormentas. “Habrán sido cinco personas las primeras que bajan a dónde estaba el cuerpo”.
La abogada querellante que representa a la familia Basaldúa le preguntó a Agüero con qué hipótesis se buscaba a Cecilia: “La mayoría de las personas decían que ella estaba buscando el acceso a la ciudad de Erks, que estaba abajo del Uritorco. La gente decía eso, porque estaba terminando un libro”. En ese sentido el ex Jefe del Departamento de investigaciones de Punilla testifica: “La ruta 17, que va a Ongamira, también la hicimos, porque algunas personas decían que por ahí estaba el acceso a la puerta del lugar este [en relación a Erks]”. El presidente del Tribunal le preguntó si la hipótesis de Erks era un dato provisto por quienes fueron entrevistados, a lo que Agüero responde que: “El personal que estuvo en la búsqueda se refería a eso”.
Cintia Verónica Castaño y los “intrascendentes” mensajes borrados de Mainardi
El octavo y último testimonio fue el de Cintia Verónica Castaño, abogada y detective. Hace seis años forma parte del Poder Judicial y trabaja en la Dirección de Investigación Operativa. En su declaración expresó que suelen llamar a su Dirección cuando hay policías sospechosos en el delito.
Su declaración fue un relato sin interrupciones, acorde a la línea de la Fiscalía. Cuando mencionó a Mainardi, lo hizo de manera comprensiva, alegando que todas las pruebas y datos recopilados concluían que éste no tenía nada que ver con la causa. Al finalizar el testimonio, las preguntas de la querella y del Dr. Battiston le quitaban el eje a su propio relato, al señalar cómo fueron descartando pruebas, que según la propia testigo eran “detalles intrascendentes”
La Dirección de Investigación Operativa fue convocada para investigar por la Fiscal Paula Kelm el día 27 de abril del 2020, luego de que apareciera el cuerpo sin vida de Cecilia. “La primera línea era Mario Mainardi”. Declaró que comenzaron la investigación en abril, hasta alrededor del mes de septiembre y/o octubre. Señala que presentaron más de diez informes en relación a la causa de Cecilia.
En un principio, explicó, fueron a la comisaría de Capilla del Monte y se informaron sobre lo actuado hasta ese momento. Entrevistaron a Stella Maris Almada, Viviana Juárez, Raimundo Heredia, Wenseslao Falcón, Víctor Jaime, Walter Luna, León Gonzalvez, Aimé Salgado, Matías Peralta, Cristian Lazaroni, entre otros. En palabras de la testigo: “fuimos tratando de agotar las diferentes hipótesis además de la de Lucas Bustos”. Hizo énfasis en que desde la Fiscalía de Cosquín agotaron todo lo relacionado a Mainardi, incluyendo el entrecruzamiento de llamadas entre Viviana Juárez y Mainardi.
En relación a Mainardi, Castaño dijo que siempre estaba tranquilo, “si bien manifestaba enojo con la familia de Cecilia, también comprendía su dolor. No sentía ningún tipo de culpabilidad”. El relato de Castaño se contradice con el relato de los tres agentes de la Policía Barrial, quienes cuentan que lo entrevistaron cuatro veces, él sólo quería hablar con policías mujeres y estaba muy intranquilo.
La detective accedió a una conversación entre Mainardi y Juárez, donde manifestó que “se ve claramente que él -Mainardi- no percibe que Cecilia se haya ido y haya dejado las cosas en su casa. Viviana Juárez sí, y le dice que entregue las cosas a la Comisaría, porque puede generarle un problema si no aparece”. Castaño relató los movimientos de Mainardi en función a los mensajes de Whatsapp: pasó el domingo por la noche en lo de Tatiana; regresó el día martes. En los mensajes, Mainardi dijo que iba a fumar marihuana y a tomar alcohol. A las cuatro o cinco de la tarde se lo escuchó borracho en los mensajes que le envió a Juárez. Armó una mochila y le mandó una foto a Juárez. Guardó allí la melódica para el hijo de Tatiana.
Según los mensajes, Castaño explicó que Mainardi “tiene una gran aversión a la Policía. Por eso no fue primero a la Policía a llevar las cosas y hacer la denuncia”. También la testigo hizo mención de que el vecino de Mainardi les comentó que no hubo fiesta el sábado a la noche.
Según Castaño, los días 10, 11 y 12 de abril, Gustavo San Martín -primo de Lucas Bustos- había escuchado gritos de manera consecutiva por la tarde. Él vive cerca de Rey, el rancho de Nigga. Gustavo hizo la denuncia en la búsqueda. “Le preguntamos al mismo Bracamonte -vecino del rancho de Nigga- si había escuchado esos gritos, y nos dijo que no”.
También entrevistaron a un testigo que tenía datos de una persona del basural. Éste les contó que había pasado su cumpleaños en el refugio El Colibrí, de Ongamira. Yendo hacia allí, había visto a un puestero en el basural, que se llamaba Adrián. Que el testigo allí había escuchado unos gritos. Se comunicaron con los dueños del hospedaje, que estaba cerrado esa fecha. Castaño explicó que la Dirección de Investigación Operativa considera que este testigo no está bien psiquiátricamente, que ha vuelto a mandar otra carta a la Fiscalía con más datos, muy desordenada.
En relación a la noticia del cuerpo quemado en el basural de la radio JSM, fueron hablar con Hernán Juárez, les comentó que era un rumor popular, que la información publicada se la había dicho su madre, en la calle. Castaño declara que además fueron a investigar al basural, que justo estaba ese día la Secretaría de Ambiente de Capilla y un puestero, que nos explicaron que eran tres que se rotaban, y ninguno se llamaba Adrián. Dijeron que nunca escucharon que en el basural apareciera un cuerpo quemado.
Castaño declara que en el celular de Lucas Bustos, el 8 de abril habría mensajes con quince fotografías borradas que no se pudieron encontrar. Las fotografías fueron borradas en el período del 11 al 20 de abril. En estos mensajes, de acuerdo a la testigo, Lucas Bustos hablaba con una chica llamada Brisa. Fueron a entrevistar a Brisa, quien vive en La Cumbre. Ella tenía 18 años, y hablaba muchas cosas con él. Conocía la desaparición de Cecilia, como todos, estaba pendiente. Brisa cuenta sobre una frase de Lucas “qué feo las cosas que le hacían a las mujeres”. Todo esto llamó la atención a la miembro de la Dirección de Investigación Operativa.
En relación a la familia Bustos, la testigo explicó que habían advertido que siempre se les perdían animales por la zona de Los Mogotes. “En la entrevista a Víctor Jaime, había comentado que tuvo que arreglar una maroma”. Al dirigirse a arreglarla, Jaime habría advertido, cinco días antes de que apareciera el cuerpo de Cecilia, que la maroma estaba bajada con una piedra. Es decir, sostuvo Castaño, que había sido una persona la responsable, y que no le habían robado ningún animal.
Castaño declaró que se reunió con la querella para recibir una carta que había circulado en Capilla del Monte, donde se indicaba a una persona llamada López, del mismo modo, da cuenta que aparece nombrado en el audio de “María”, en el mes de agosto. Explicó que teniendo en cuenta esos datos, realizaron entrecruzamiento de información, y de llamadas de los policías que son nombrados. Walter Luna le dice que no todo el mundo sabe que le dicen “Raga”, él entiende que lo quisieron ensuciar en el audio. “Realmente siento que tanto la carta y el audio fueron para embarrar la cancha”. Vincula ese audio con la familia Bustos, dado que Ricardo Bustos está preso, y fueron López y Zárate quienes lo detuvieron. A partir de los testimonios que sostienen haber visto a Cecilia el 5 de abril, Castaño y su equipo desestimaron la verosimilitud del audio de “María”.
El Fiscal Cuello preguntó a Castaño por qué dejaron de investigar la línea de Mainardi, y la testigo explica que por el cruce de datos de los teléfonos, entendieron que no tenía nada que ver. La Dirección de Operaciones cuenta con un gabinete de información aplicada que tiene acceso a todos los datos públicos oficiales. Allí se pidió información de Mario Mainardi, sobre su entorno familiar. Explica que cuando surgió que Mainardi había sido policía, para Mainardi era “más grave eso que esté involucrado con el asesinato”. Sus comentarios sonaron a valoraciones personales en relación a la persona de Mainardi. A partir del recorrido que hicieron en la investigación -sostuvo la testigo-, fueron descartando la hipótesis que podría involucrar a Mainardi en la desaparición y/o asesinato de Cecilia.
Daniela Pavón le preguntó a Castaño por la relación entre las personas que se nombran en el audio. La testigo contestó que sí existe entre Mainardi, Mesa y Juárez. Y que entre Zárate y López no hubo intercambios de llamadas durante esos días, dado que Zárate estuvo de licencia por la muerte de su padre, razón por la cual las antenas lo ubicaron en La Falda.
Pavón inquirió puntualmente a la testigo por las llamadas de la madrugada del 9 de abril de López a Mainardi, a lo que la testigo dijo que recuerda que fue después de que hicieran la denuncia en Buenos Aires. La abogada leyó lo que figura en la causa en relación a esas llamadas.
Se le preguntó si en las entrevistas surgió alguna vez el nombre de Lucas Bustos, lo que niega.
Battiston le preguntó si había faltantes en las conversaciones del 6 de abril. La testigo contestó que sí había faltantes en las comunicaciones entre Mainardi y Juárez, pero que en el cotejo de sus respectivos teléfonos, logró completar la información, y consideró intrascendente lo que había borrado, que entiende se debía más a una falla técnica. Resulta algo contradictorio que los mensajes borrados de Mainardi se consideren intrascendentes, mientras las fotos borradas de Lucas Bustos impulsan a la Dirección de Investigación Operativa a buscar a una joven de 18 años en otra localidad.
Castaño afirmó que fue dos veces al lugar donde apareció el cuerpo. Dijo que sí les habían informado sobre el colchón y las sábanas con sangre que aparecieron cerca del basural. Pero no sabe si lo cotejaron genéticamente y no fue un hecho incorporado a sus informes.
Brandt le preguntó si llegaron a la zona de vivienda de Bustos. Afirmó que sí, que entrevistaron vecinos, como a Esther Luna, del paseo de los Mogotes, pero no a la familia: “no solemos entrevistar a la familia directa del imputado”. Investigaron a Lucas Bustos, no tenía antecedentes.
Battiston le preguntó si investigaron de qué vivía Mainardi, a lo que respondió que saltaban datos vinculados a la madera, tenía el IFE, dos casas que alquilaba en Rosario.
“Las entrevistas son sin protocolo, tratamos de explicar de la manera más sencilla. Nosotros somos abogados, muchas veces la gente es más reticente si son policías. Tratamos de que sea lo más ameno”.
Al finalizar la jornada de testimoniales, los ocho testimonios escuchados en el recinto judicial señalaron nuevamente la ausencia absoluta de pruebas contra el único imputado, así como una serie poco clara de decisiones tomadas durante la investigación que no colaboraron en nada para esclarecer el femicidio de Cecilia.
Los datos del sumario: material genético que nunca se investigó
Después de la declaración de Castaño, se informó de la llegada el sumario pedido a Capilla del Monte por la querella de la familia. El Tribunal estableció un cuarto intermedio de una hora, a fin de que las partes tuvieran tiempo para leerlo.
A las 17:43 horas, se reanudó el juicio. El Fiscal Cuello sostuvo que la etapa de prueba no está cerrada en atención a lo que se ha incorporado en el expediente.
La información provista por la querella de la familia Basaldúa sobre la denuncia del 15 de mayo de 2020 abrió una perspectiva que puede resultar reveladora para la causa. Pero además, exhibe las graves falencias de la investigación llevada adelante por la Fiscal de Instrucción Paula Kelm. El sumario incluye una investigación sobre elementos encontrados en la vivienda vecina al basural, y muy próxima al lugar donde fue hallado el cuerpo de Cecilia, donde se constató la presencia de sangre y pelo humanos. La fiscal Kelm nunca pidió que se sometieran a pruebas de ADN.
Daniela Pavón, abogada de la familia Basaldúa, explicó que el informe presentado por Química legal señala que se detectó sangre y pelo humano en una barra metálica, en el exterior de una bolsa de nylon que contenía pasacasetes, hallada sobre una cama, y en un auto que se encontraba en la vivienda. En consecuencia, Pavón solicitó el cotejo de ADN con varias personas. También pidió que se incorporen los informes técnicos. La defensa no se opuso a la petición de la parte querellante y el tribunal resolvió hacer lugar al pedido de muestras genéticas sólo cotejando con Cecilia y Bustos.
Al final de la jornada, la defensa de Bustos pidió el cese de prisión preventiva, pedido al que no se dio lugar.
A causa de la incorporación de esta nueva prueba, se establece como próxima fecha de continuidad del juicio el día 10 de junio a las 9 de la mañana.