El rol de los brigadistas
Ante el avance de las máquinas, existen grupos de personas que llevan el registro de lo que se van llevando y de lo que están destruyendo. Por ese motivo conversamos con Majo, brigadista territorial del Río Yuspe, que amablemente nos explicó: “Recorriendo la traza donde pretende pasar la Autovía, vamos viendo como trabaja la empresa, vamos viendo como trabaja totalmente custodiada por la Policía. Así y todo nos hacemos el espacio para seguir caminando y seguir registrando. Viendo que acorralan sitios arqueológicos, que no saben que van a hacer con ellos. Y bueno eso lo vamos viendo día a día. Todos los días que vamos, registramos, tratamos de estar cerca, justamente para estar atentes”.
“Y lo que vimos el último día, la última semana, el jueves (20), y el viernes (21) fue la construcción de un terraplén que tapó por completo el curso del río, sin ninguna previsión de nada, en el Río Yuspe. Totalmente tapado, apenas filtraba por entre las piedras unos hilos de agua y gracias al reclamo que se hizo en Policía Ambiental. Y gracias al estar ahí registrando y no dejando que nos corran y nos corran, pero no permitiendo que es nuestro derecho estar ahí, protegiendo el ambiente, pusieron un caño, irrisorio. Un caño muy ridículo, que no se ve, o sea que las piedras siguen estando (…) Cero control de instituciones ambientales, de hídricas, de Policía Ambiental (…) No vienen a controlar si eso está bien hecho o está mal hecho” añadió la brigadista.
La improvisación ante la problemática arqueológica/paleontológica queda visible ante el accionar de la(s) empresa(s) en la ejecución de la traza. Acerca de esto, la entrevistada comentó: “El relevamiento arqueológico en la medida que vamos estando ahí y vamos registrando, algunos los han marcado y cuidado, como con unas cadenas y unos conos, como que los van a preservar. Dicen que lo van a preservar, no entiendo el modo, que lo van a hacer, dicen que lo van a hacer. Y otros que no, otros que no los han marcado, que también dicen que los van a preservar, pero tenemos que estar atentos y estar ahí, porque no están marcados y no sabemos que va a pasar”.
“Igualmente algo que es importantísimo, es que la manera de ver el sitio arqueológico de la empresa o del Estado es totalmente distinto al que lo ven las Comunidades Originarias. El Estado no ve el entorno, lo rodea con una pala a punto de desplomarse el sitio arqueológico, y no le deja nada de lo vivo que tiene ese espacio, y de todo. Porque las comunidades entienden que un sitio sagrado, un sitio arqueológico, el modo de vivir con la naturaleza es en diálogo, y no le cuidan esa naturaleza que está alrededor” finalizó Majo la conversación en Panorama.