PANORAMA

Informe político del Secretario General Hugo “Cachorro” Godoy de la reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional de la CTA-Autónoma

Foto: Juan Vargas.

Nuevos escenarios

Algunos creemos que se abrió el peor de los escenarios, creo que esa es una idea mayoritaria, por eso es que nuestra Central ha venido planteando que vamos a estar permanentemente movilizados, y enfrentando las políticas neoliberales y neofascistas en nuestro país.

Dijimos que para sostener estos planteos, lo íbamos a hacer no solamente desde una perspectiva de resistencia, sino también desde una perspectiva de propuesta. Es por eso que elaboramos un programa, no solo para sostener con el gobierno que viniera, sino fundamentalmente para sostener con el conjunto de la sociedad.

Entendemos que estamos cerrando una etapa que se abrió en el 2001, y que implica una profunda crisis de representatividad que involucra principalmente a los sectores que han tenido la representación mayoritaria. Implica a los sectores de la dirigencia partidaria, pero también a todos los ámbitos de la vida sindical, cultural, política, judicial, y empresarial. También está acompañada de una crisis de liderazgos ante las dificultades que hemos tenido y que aún tenemos los trabajadores y las trabajadoras, portadores del mandato de construir una perspectiva de sociabilidad distinta, alternativa al sistema capitalista.

Como decía Emir Sader, cuando la izquierda se corre, deja un espacio, y lo que ha aparecido, respaldado por el voto popular, es el neofascismo expresado en Milei, quien nos propone, como futuro, volver al pasado. Y al peor de los pasados, reivindicando a Menem, a Cavallo, reivindicando la dictadura, proponiéndonos modificar las relaciones laborales con mecanismos que existen en la Argentina, como, por ejemplo, el seguro por desempleo en la industria de la construcción.

Pretende volver con las recetas de destrucción del Estado, o por lo menos en las áreas que tienen que ver con el beneficio y los derechos de la mayoría de los sectores populares, y de la economía. Fundamentalmente quiere terminar con la soberanía y con la capacidad de desarrollo soberano en áreas fundamentales, como la industria, la energía, sectores de la ciencia, de la tecnología, del conocimiento, la educación, la salud, la previsión social, medidas que ya conocemos porque se llevaron a cabo durante los años de la dictadura, con el menemismo, De la Rúa o Macri, y que siempre tienen como telón de fondo las imposiciones del Fondo Monetario Internacional, la subordinación a la geopolítica del imperio de Estados Unidos, y de los instrumentos de dominación, cuya función es transferir recursos o riquezas, no solamente las naturales, sino también las del conocimiento y las capacidades que los pueblos podemos generar en los países dependientes.

Debates y propuestas hacia adelante

Frente a esta situación, que ya no es una posibilidad, sino que estamos a días de que se empiecen a convertir en certezas, convocamos a una reunión de dos días de la Conducción Nacional (29 y 30 de noviembre) con la intención de poner en debate el máximo nivel de responsabilidad de nuestra Central y también convocamos al Congreso Nacional para el 23 de marzo próximo -el 22 va a ser una jornada de encuentro de debate internacional con representantes internacionales-.

La idea es discutir las razones y las interpretaciones sobre por qué se está cerrando esta etapa que con tanta expectativa se abrió en nuestra sociedad a partir de la rebelión del 2001, que fue capaz de protagonizar nuestro pueblo, y por qué esa etapa cierra con esta experiencia neofascista, que nos obliga además a reanalizar, y también a imaginar o recrear, la capacidad de redoblar nuestros esfuerzos enfrentar esta nueva etapa.

Nosotros creemos que hay que pensarlo no solamente en términos de resistencia, sino también en términos de construcción de unidad, pero que esa unidad imagine cómo se cubre este vacío de representación política que tiene la sociedad, con las ideas, los valores y los intereses de la clase trabajadora en el centro de cualquier proyecto emancipador, como ya dijimos en nuestro documento: la base sustancial está en la SOBERANÍA, el TRABAJO, la PRODUCCIÓN, la JUSTICIA SOCIAL y la DEMOCRACIA. Porque los males de la democracia, lo decimos y lo repetimos permanentemente, se deben superar con más democracia.

Ahora, no habrá más democracia si no hay poder popular, si no hay fortalecimiento de las organizaciones libres del pueblo y una capacidad de estrategias de poder que nos permitan no solamente diagnosticar correctamente los escenarios sobre los que transitamos, sino también construir estrategias de poder que nos puedan llevar a la victoria.

Hoy hay una situación evidente que es el hartazgo de nuestro pueblo, el desencanto, la bronca, pero que lamentablemente se canaliza a través de la derecha y no a través de una propuesta de izquierda transformadora, revolucionaria, y en eso seguramente, tiene que ver la responsabilidad de quienes han hegemonizado hasta aquí las políticas del campo popular, porque han alentado esta dispersión que subsiste en el campo popular.

Seguramente la responsabilidad mayor está allí, pero también nos cabe una responsabilidad a quienes tenemos una mirada distinta de cómo construir una estrategia de poder diferente.

Creo que, como toda crisis, también se abre una oportunidad, y en todo caso los sectores populares tenemos la oportunidad de generar iniciativas y, en ese sentido, el núcleo principal, sin querer ocupar un lugar que no nos corresponde, porque somos una central de trabajadores y tenemos la responsabilidad de plantear propuestas e iniciativas que permitan que la unidad del campo popular pueda hacerse en base a las banderas de soberanía, trabajo, producción, democracia y justicia social.

Habrá que ser capaces de construir unidad, de resistir, que lo sabemos hacer muy bien y lo hemos hecho siempre, porque ante situaciones como la dictadura, el menemismo o el macrismo, fuimos los primeros en salir a las calles y así lo volveremos a hacer seguramente.

Pero además, es muy necesario e indispensable poder construir estrategias de articulación del campo popular y de construcción de un nuevo modelo sindical, porque evidentemente lo anunciamos allá por los años 90 y se ha convertido en una realidad, este capitalismo de descarte, como lo llama el Papa Francisco, ha generado esta precariedad laboral o que los trabajadores precarizados sean más de la mitad de la población económicamente activa, mayoritariamente desorganizados de las estructuras tradicionales y que hoy se construyen sobre las nuevas estructuras sindicales como llamamos a los movimientos sociales, empresas recuperadas, movimientos cooperativos, que no solamente han implicado cambios sociales y laborales, sino cambios culturales profundos.

Por ejemplo, los acelerados cambios tecnológicos en manos del capital también generan y consolidan ese esquema de precariedad laboral y de ruptura de identidades, para nosotros fundamentales, como la identidad de la clase trabajadora, la solidaridad, lo colectivo, y que están impactando en buena parte de la sociedad. Por eso nuestra lucha no es solamente una lucha de intereses económicos y sociales, sino una profunda lucha cultural y política, para que a 40 años de democracia no solamente tengamos que lamentar que se haya convertido en un instrumento que lleva al gobierno a una experiencia neofascista, sino que seamos capaces de recuperar la esencia de la democracia que es el poder del pueblo.