
Este jueves 20 se inicia en Córdoba el juicio por el femicidio de Yamila Cuello, un caso emblemático que expone la conexión entre la trata de personas y la violencia de género. La joven desapareció el 25 de octubre de 2009, a los 21 años, y hasta el día de hoy su familia sigue sin conocer el paradero de su cuerpo.
El testimonio de la parte acusadora el fiscal federal Carlos Gonella
Los principales imputados en la causa son Néstor Simone, ex pareja de Yamila, acusado de homicidio agravado, y Horacio Palacios, señalado como cómplice en la red de trata. Según la acusación fiscal, Simone, que tenía una relación de pareja con Yamila desde que ella era menor de edad, habría aprovechado su situación de vulnerabilidad para explotarla y entregarla a otros hombres como forma de pago de deudas de juego.
El fiscal a cargo, Carlos Gonela, remarcó que el caso reviste una doble gravedad: no solo se trata de un femicidio, sino también de un delito de trata de personas. «La asimetría de poder, la violencia económica y física que sufrió Yamila son elementos clave en la investigación», explicó.
A lo largo de los años, la familia de la joven exigió justicia y denunció la demora en la investigación. En 2010, la causa sufrió un duro revés cuando el juez federal Alejandro Sánchez Freites dictó un sobreseimiento en favor de Simone, lo que obstaculizó el avance del expediente por trata de personas. Sin embargo, años después la causa fue elevada a la Justicia Federal, permitiendo su reapertura y la actual instancia judicial.
La provincia de Córdoba ocupa un lugar alarmante en el mapa nacional de la trata de personas, con más de 50 juicios por este delito en los últimos años. No obstante, la modalidad denunciada en el caso de Yamila, la entrega de una mujer como moneda de cambio para saldar deudas de juego, es inédita en los tribunales argentinos.
En paralelo al juicio, la Fiscalía ha abierto un expediente específico para la búsqueda del cuerpo de Yamila, en un intento de brindar respuestas definitivas a su familia. «El Estado tiene la obligación de esclarecer lo sucedido y permitir que la familia pueda cerrar el duelo», declaró el fiscal Gonela.
Soledad Cuello, hermana de la víctima, ha sido una de las principales impulsoras de la causa y ha convocado a la comunidad a acompañar el juicio. «Yamila no se fue, se la llevaron. Solo espero que haya una condena ejemplificadora», expresó en vísperas de la primera audiencia.
El juicio representa un paso crucial en la lucha contra la impunidad en los crímenes de género y la trata de personas en Argentina. La atención está puesta en los tribunales federales, donde, tras más de una década, la familia de Yamila Cuello espera, al fin, obtener justicia.