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La otra historia

Gentileza: Mapio.

Del puma y de los zorros” (*)

Todos los barrios, todos los pueblos, y por que no también las grandes ciudades, tienen elementos que las caracterizan.

Su gente vive y comparte hechos comunes desde siempre. Con el paso del tiempo, no sólo elementos y objetos dan características a un pueblo; también -y casi principalmente- sus habitantes, y dentro de éstos, existen algunos que se destacan entre los otros.

En La Falda, por ejemplo, hay una familia que podría considerarse de las más antiguas de la ciudad. Es la familia Sánchez. Una familia que naciendo de aquella pareja venida de Candelaria, y que formaron doña Francisca Lescano y don Benjamín Sánchez. “Mi suegro fue el más zorro de todos”, cuenta doña Maruca Sánchez, la madre de Andres, Juan (“Titilo”), Agelio, Amelia, Joaquin (“El Lechero”), Nemesio (“Manucho”) y Graciela. Todos viven en La Falda.

¿Y a que viene esto? Cuando en la edición anterior de -El Valle- se nos ocurrió preguntar si alguien sabia quién construyó el “Puma de Ladrillo”, que está en La Falda, apareció por nuestra redacción el “Lechero” Sánchez: “ Fue mi difunto padre …”, y así comenzó esto, que para los que somos jóvenes y no hace mucho que andamos en la lucha cotidiana, nos gusta mucho. No hay nada más lindo que conocer la historia de nuestro pueblo.

Sencillamente, el Lechero” nos dijo: Una tarde me vengo con mi vieja para que te cuente …”. Y nos encontramos con doña Maria Jesus Ceballos de Sánchez.

”Me casé con Guido Sánchez (hijo de Benjamín) cuando los dos teníamos 24 años, que siempre vivimos en el barrio Molino de Oro, y allí nacieron siete hijos; otros, no llegaron… Guido era contratista, y siempre le gusto el trabajo. Un día, el dueño de todos los campos que están por cerca de donde hoy está el dique, don Carbone, le pregunto que podía hacer de lindo para que fueran los turistas al lugar, y él le dijo que un Puma. La cuestión es que el tiempo, trajo un plano de un dibujante, y Guido ayudándose con burros, llevaba el material”.

-¿En que época era eso?

”Mas o menos en `47 o `48. En esa época -sigue doña Maruca-, en La Falda no había casi autos, carros y caballos, nomás. Mi marido les ponía a los costados de los burros esos cajones que venían con jabón, y en ellos cargaba la arena y todo el material para hacer el Puma”.

-¿Construyó otras cosas importantes don Guido?

Me acuerdo cuando hizo el monolito de Los Cocos. Tenia que subir 5 o 6 km por caminos con precipicio de un lado y de otro, siempre llevando todo en burro. Como Los Cocos estaba lejos, yo me fui con él; vivimos en carpa, y así nomás, con lo puesto. Yo sufría, mucho cada vez que subían, tenia miedo que pasara algo en el camino…”

-Volvamos al Puma

-Don Carbone hizo poner carteles con palos para que el turista llegue, hizo escaleras, y siempre iba mucha gente. Había un cartel grande, que decía “Parque Puma”. La familia Sánchez es muy numerosa, “Maruca” dice que son más de cien, y viven todos por la zona. Eso nos recuerda que un sector de Valle Hermoso es conocido como “El bajo de los Zorros”, en alusión a “la cantidad” de Sánchez.

-¿Y por qué se los conoce con el apodo de “Zorros” a los Sánchez?

”Porque así somos nosotros”, -se ríe doña Maruca-, “somos muy vivos, como los zorros”

-También nos cuenta que cuando llegó a La Falda don Benjamín Sánchez (el suegro de la señora), fue a vivir al lugar que se conocía como “Pozos Verdes”, y más tarde se llamó “La Cueva de los Zorros”, porque allí empezó la familia. Y vuelve a recordar doña Maruca cuando Guido construyó “por cuenta de alguno con mucha plata”, el monolito de Los Cocos.

Como vivíamos allá en una carpa, se sufría mucho, había que traer el agua desde tres cuadras y cocinar para todos. Pensar que nadie quiso hacer ese trabajo, y Guido no le tuvo miedo …”

La charla con Maria Ceballos de Sánchez podría continuar por horas y horas. Uno se queda impactado, porque la picardía, la viveza criolla no la “erra” al apodar de Zorros a los Sánchez. “Maruca”, a pesar de sus 82 años, demuestra ser vivaz y conserva una lucidez magnifica.

Esta historia es nuestra, es simple, es humilde. Vale tanto como la de un héroe, porque está hecha con dolores y alegrías, y seguramente por las ganas de vivir que todos tenemos. Que los jóvenes aprendamos siempre de estas cosas …

El Director

*Recorte de El Valle (no disponemos la fecha de edición).