PANORAMA

Córdoba y el FMI: los intereses detrás del apoyo de Llaryora a Milei

Mientras el gobierno nacional avanza en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, emerge como uno de los principales aliados del presidente Javier Milei en el Congreso. Su respaldo a medidas clave, como la ratificación del DNU que habilita el endeudamiento, abre interrogantes sobre los motivos detrás de este apoyo. ¿Qué intereses se esconden detrás de esta postura?

Lea Ross, periodista de La Luna con Gatillo y Striptease del Poder, analizó esta situación en una entrevista radial reciente. Allí, puso el foco en las implicancias provinciales del acuerdo con el FMI y los vínculos del mandatario cordobés con sectores económicos que ven en este nuevo escenario una oportunidad.

Según Ross, el primer incentivo para Córdoba es garantizar una cierta estabilidad macroeconómica que facilite el ingreso de inversiones. “La provincia necesita que circulen dólares para sostener expectativas de inversión, sobre todo en proyectos de infraestructura”, explicó.

En esa línea, se destaca el interés por obras como el acueducto biprovincial con Santa Fe y otras obras viales, históricamente emblemas del modelo cordobés impulsado por Juan Schiaretti. Sin fondos nacionales disponibles, Llaryora apuesta a que el endeudamiento externo le permita sostener ese perfil desarrollista.

Pero la lógica no es solo económica: hay una negociación política de fondo. A cambio del apoyo legislativo al oficialismo nacional, la provincia obtiene avales para endeudarse en moneda extranjera, algo que requiere permiso del gobierno central, ya que las provincias no emiten dólares.

Ross también subraya el rol clave que jugó Guillermo Francos, actual jefe de Gabinete. Al concentrar poder y asumir las negociaciones con los gobernadores, logró tejer alianzas estratégicas que permitieron al Ejecutivo recuperar la iniciativa política.

Córdoba, destaca el periodista, es una de las provincias que más rédito sacó de ese reordenamiento. Aunque Milei aplicó un ajuste sin precedentes, logró acordar con Llaryora la provincialización de algunas obras públicas, lo que permitió mantener en pie proyectos clave sin necesidad de fondos nacionales directos.

Otro momento central fue la participación del gobernador en el Latam Forum, un espacio que promueve inversiones extranjeras en América Latina, especialmente en sectores extractivistas como minería, energía y litio.

Allí, Llaryora reafirmó su apoyo al acuerdo con el FMI, posicionando a Córdoba como “tierra de oportunidades”. Pero la presencia de figuras como José Luis Manzano —ex funcionario menemista y empresario energético— alimentó sospechas sobre posibles intereses en la privatización de EPEC, la empresa de energía provincial.

“El decreto para convertir EPEC en sociedad anónima unipersonal podría abrir la puerta a una futura venta, aunque por ahora solo se permite un accionista, que sería el propio Estado provincial”, advirtió Ross.

La historia reciente demuestra que el endeudamiento externo de las provincias puede convertirse en un problema estructural. Córdoba, que ya sufrió las consecuencias tras el ciclo macrista, podría estar entrando nuevamente en esa dinámica, esta vez bajo otra lógica política pero con los mismos condicionantes financieros.

“Es un conflicto que recién comienza”, concluyó Ross, al señalar la necesidad de observar con atención los próximos pasos del gobierno provincial en materia de deuda, energía y vínculos con el poder económico nacional e internacional.