INFORMES ESPECIALES

Conexiones clandestinas

Por Lea Ross para Radio Panamericana

Conexiones clandestinas: La esposa de Mario Decara trabajó como empleada de Carlos Caserio

Un curioso hallazgo en los documentos de la Secretaría Administrativa del Senado de la Nación refuerza, una vez más, las especulaciones sobre los subterráneos lazos que unen a los dos principales capataces del Valle de Punilla. Estamos hablando del pasajero senador Carlos Caserio y el eterno defensor a regañadientes del pueblo cordobés, Mario Decara.

En pleno contexto por el conflicto del cierre del Camino Altos de San Pedro en Villa Giardino, se revela a continuación que la esposa de Decara, Gladys Norma Larrea, trabajó desde el año 2015 en el despacho del legislador nacional Caserio, en la Capital Federal. Así lo expone la resolución 178, con fecha del 28 de diciembre de susodicho año. No se tiene registros si hasta el día de hoy mantiene ese puesto.

Según los archivos del Senado, Larrea empezó a trabajar en la Cámara Alta del Congreso de la Nación a principios de 2014, como empleada administrativa del bloque de la Unión Cívica Radical, bajo categoría A-5 en la planta temporaria. El pedido fue partido por el actual gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y aprobado por decreto 277.

Lo llamativo es que casi dos años después, surgió éste “enroque” partidario mediante la resolución 178, donde se habilita la desafectación de la esposa de Decara como empleada de la UCR, partido político donde milita su esposo, para luego pasarse al despacho de quien era, en ese entonces, el vicepresidente del bloque del Partido Justicialista del Senado, Carlos Caserio.

Gladys Norma Larrea fue recordada en el año 2008, cuando quedó expuesta en los medios por el escándalo de las conexiones clandestinas eléctricas. Eso era en referencia a la lista de la empresa estatal EPEC, donde enumeraba los nombres de realizaban robos de energía eléctrica. Entre ellos, el complejo hotelero Alto San Pedro, que según los archivos del diario La Voz del Interior, Gladys estaba a cargo de la atención a la clientela. Sin mencionar que el nombre personal de ella también figuró en la nómina de fraudes, ya que un segundo medidor de su titularidad personal también se habría suministrado de electricidad, colgándose del cable.

La casa donde contenía ese medidor de la discordia, ubicada en la calle de Bahía Blanca de la ciudad de La Falda, habría pertenecido a la esposa de Adrián Gustavo Agra, un corredor de bolsas porteño.

El gastronómico Franco Runca había comprado la titularidad de la Estancia Alto San Pedro, junto con el hotel, en 1998. Luego, aceptó que Agra trabajara como parte del manejo de las acciones de la empresa. El escándalo se desató cuando el maestro financiero arrendó el hotel a Roberto Rodríguez, ex secretario de gobierno durante la intendencia de Decara en Huerta Grande, y Bernardo Szeibert, ex secretario de gobierno del intendente radical de Villa Giardino, hoy fallecido, José Ochoa, y que trabajó en el polémico estudio del abogado Guillermo Piñeyro, condenado por la justicia por la venta fraudulenta de tierras, en el mega escándalo del Registro de la Propiedad.

Runca denunció que se llevó la venta sin su consentimiento, y terminó con dos instancias judiciales a su favor para percibir las compensaciones monetarias correspondientes. En el ínterin, la dupla Rodríguez-Szeibert le entregaron los activos al ex intendente Decara, junto con su amada Gladys, cuando se ahorraban el pago de las facturas de EPEC, mediante conexiones ilegales.

En ese 2008, Decara recibió los votos en la Legislatura de Unión Por Córdoba, y lo suficientes por parte de la Unión Cívica Radical, para ser designado titular de la Defensoría del Pueblo, y que una década y media después continúa hasta hoy.

Una década más tarde de aquella primera asunción, Gladys tuvo con qué comer como empleada del Congreso, y ahora, como una moneda que cambia de-cara, mantuvo su puesto con un senador del pejotismo, señalado de ser el socio del defensor del pueblo, en la repartija territorial por Punilla.

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