INFORMES ESPECIALES

Geografía de la destrucción

Gentileza: La Nueva Mañana Diario.

Geografía de la destrucción medioambiental de la satrapía cordobesista

Por Pablo Sigismondi*

El pasado 10 de mayo, Córdoba revivió sus tiempos más nefastos. La «Geografía de la destrucción medioambiental» que se superpone y se expande a la par de la violencia institucional del estado de la Provincia de Córdoba vuelve a la carga con un nuevo capítulo vergonzoso: el desalojo cobarde, en horas de la madrugada, de las personas que estaban defendiendo nuestro monte y sierras ante la destrucción de las topadoras.El gobierno provincial (transformado en una satrapía constitucional) ha adoptado una forma de relación con el medio ambiente que hoy deja visibles sus huellas por doquier. Y si bien en la región pampeana los agrotóxicos y monocultivos producen estragos en la salud y en los ecosistemas, son las Sierras de Córdoba donde se percibe mejor la destrucción. Mientras los incendios y la contaminación han vuelto altamente putrefacta las aguas el lago San Roque y las principales cuencas hídricas serranas, la provincia (con el aval y complicidad del estado nacional) y municipios continúan avanzando inexorablemente con obras faraónicas de dudosa utilidad -y de más dudosa adjudicación que implican más endeudamiento en moneda extranjera, más desmonte y más ecocidio.

Por eso, aunque constitucionalmente gobierna un régimen democrático, en la práctica a una porción muy grande de la ciudadanía se nos niegan los derechos y se nos trata como si fuéramos extranjeros en nuestro propio territorio; más aún, como si fuéramos extranjeros para siempre, perpetuos. ¿Cómo sino se explica la toma de decisiones para avanzar con obras como la autovía de Punilla, que afectarán la vida y las propiedades de sus habitantes, que no son tenidos en cuenta?. Para la satrapía ecocida, el concepto de «progreso» y «desarrollo» equivale a expulsarnos, reprimirnos con furor e invisibilizanos. Con la complicidad de la justicia provincial amordazada y servil, que si actúa (en el mejor de los casos), lo hace con tal lentitud que permite que el ecocidio avance. Y, si llegara a expedirse en forma contraria al ejecutivo, resultará tan a destiempo que sus resoluciones -si se acatan- servirán de poco o nada frente a los hechos consumados.

* Geógrafo