MARÍA SANTA

Nepal

María Santa con María Belén Musacchio:

Reconexión ancestral

Nepal es un País al Sur de Asia ubicado entre la India y el Tíbet, es famoso por sus templos y los montes del Himalaya, entre los cuales se encuentra el Everest.

La capital de Nepal es Katmandú, y tiene un laberíntico barrio antiguo lleno de santuarios hindúes y budistas.

Todos los años acuden a la capital miles de personas a celebrar el festival hindú.

Maha Shivaratri

Según la leyenda, Parvati (diosa hinduista) rezó y meditó durante este día con el fin de rechazar algo malo que pudiera sucederle a su marido en la noche sin luna. Desde entonces, Maha Shivaratri es considerado como un día de buena suerte para que las mujeres recen con el fin de obtener la buena suerte de sus maridos e hijos. Las solteras suelen rezar para encontrar un marido como Shiva, considerado el perfecto esposo.

Los fieles ayunan el día anterior y permanecen en vigilia durante toda la noche, la que suelen dedicar a la práctica del yoga y de la meditación. La fiesta también suele venir acompañada de juegos y celebraciones populares.

También es momento de perdón por los pecados, a través de distintos rituales.

En Katmandú, el dios Shiva (dios de la creación y la destrucción) se adora como Pashupati, que significa ‘señor de las bestias’.

Y aquí comienza esta historia, en donde aparece nuevamente nuestra planta como participe de un cuento que escuchamos desde esta voz latinoamericana.

Entre los miles de devotos hindúes se incluyen los Sadhus, hombres que han dejado su vida mundana y están en busca de la iluminación.

Los sadhus con considerados santos hindúes y ellos realizan la práctica de fumar Marihuana en este día tan especial y en honor a Shiva.

El cannabis es originario de Asia central y se comenzó a cultivar en el Neolítico (7000 a.C.-3000 a.C.) difundiéndose hacia el este (China) y posteriormente hacia el oeste (Europa). Llegó a la zona europea en el Neolítico y alcanzó su extremo más occidental en un periodo posterior.

Su uso se expandió de la China a la India y luego al norte de África y llegó a Europa por lo menos tan temprano como en el año 500 de nuestra era. La primera referencia directa a un producto cannabis como agente psicoactivo data del año 2737 AC, en los escritos del emperador chino Shen Ning.

La historia del cultivo y uso de cannabis en Nepal se remonta entonces a siglos atrás, siendo uno de los países con mayor tradición cannábica del mundo, con geografías montañosas y con unas reservas de agua impresionantes, lo que sumado a las visitas anuales del monzón hacen que el cannabis crezca de manera libre sin ningún tipo de problema.

Hay miles de ejemplares silvestres diseminados por sus selvas y valles a parte de los cultivos controlados por la actividad humana.

En el extremo sur de Nepal, la zona de menor altura, existen zonas selváticas como la del Parque Nacional de Chitan donde se cultivan impresionantes sativas de delgadísimos foliolos, mientras que a medida que uno se dirige al norte y va ganando altura se van observando fenotipos mucho más parecidos a los clásicos híbridos. Debido a la complicada orografía del terreno, y el poco contacto entre valle y valle hay zonas donde se encuentran fenotipos muy particulares, que han permanecido aislados durante décadas.

A lo largo de los siglos, Nepal se ha labrado un nombre dentro de la cultura cannábica por varios motivos, como lo son sus espectaculares sativas, y como lo es el incomparable hachís o charas, que suele adquirirse en forma de bolas pacientemente trabajadas a mano conocidas como Temple Balls.

Nepal goza de poseer una de las más antiguas tradiciones en cuanto a la elaboración de hachís, siendo de las pocas zonas del mundo donde se produce charas y, probablemente es la capital mundial de este tipo de hachís

El hachís es la separación de la resina de cannabis de la propia planta.

Los productores de charas esperan al punto óptimo de maduración de las plantas y, en lugar de cortarlas y secarlas, frotan pacientemente y con sus manos desnudas las flores de las plantas en vida (o recién cortadas si es el caso) hasta conseguir una espesa capa de resina en sus palmas.

El hachís nepalí es sin duda uno de los más potentes, pegajoso y cremoso, con un aroma fuerte y especiado. Produce un humo muy suave en comparación con el hachís afgano, y tiene un sabor intenso y rico.

Por este motivo es también apreciado entre los gourmets cannábicos, pues dejando de lado su calidad, es un producto del que no suele poder disfrutarse todos los días.

La calidad del hachís nepalí vio su fama incrementada a nivel global durante la década de los años 60 del pasado siglo, cuando cientos de mochileros occidentales siguieron lo que terminó conociéndose como el Hippie Hashish Trail, un interesante itinerario que invitaba al viajero a visitar muchos de los principales países productores de cannabis.

Desde Marruecos hasta el mismo Nepal, estos aventureros gozaron de una de las épocas doradas de la cultura cannábica occidental, descubriendo no sólo los orígenes del cannabis que consumían, sino algunas de las más bellas e interesantes áreas del planeta.

Marruecos, Líbano, Tailandia, Afganistán, Pakistán, India, Nepal…son solo algunas de las paradas de este viaje, aunque particularmente famosa se hizo la capital de Nepal, Katmandú, donde podían degustarse tanto flores como el exquisito charas nepalíes en decenas de locales y sin problema alguno por parte de las autoridades. Freak Street, por ejemplo, era una calle donde uno siempre podía ver a alguno de estos mochileros porro en mano, aunque otras localidades como Pochará ofrecían también un producto excelente, y sin el ajetreo de la capital.

Lamentablemente, a principios de la década de los años 70 el sueño se quebró y Nepal pasó a formar parte de la larga lista de países que, presionados por EEUU y su alocada Guerra contra la Droga, prohibieron el cultivo, uso y venta de cannabis en su territorio. En efecto, a partir de 1973 la prohibición se hizo efectiva en Nepal y dejó de haber la permisividad existente hasta ese momento.

Tras estos hechos, el número de visitantes y «turistas cannábicos» descendió considerablemente en favor de otros países

Una vez más, ciertos intereses rompían la armonía y concordia existentes en el país, que a partir de ese momento vio su actividad turística reducida al escaso número de alpinistas que por aquel entonces se aventuraban a escalar en el Himalaya.

Aunque el cannabis y sus derivados siguen siendo ilegales en todo el territorio de Nepal, existen varios factores que pueden llevar al optimismo en cuanto a la situación legal del cannabis en el territorio, especialmente en un futuro próximo. Para empezar, el hecho de que el mismo país que casi forzó a otros 50 años atrás a iniciar la guerra contra las drogas esté legalizando el cannabis en muchos de sus Estados ha hecho cambiar la visión de las autoridades de Nepal. Nepal se está dando cuenta de que, siendo un país pobre, y dada la apertura global hacia el cannabis y sus derivados de muchos países ricos

No tiene mucho sentido continuar con una prohibición que, básicamente, fomenta la corrupción, las muertes y la violencia, hizo que este país funciones desde el lugar de tráfico por algo que antes era libre y sagrado e impide que el gobierno ingrese una cantidad de dinero considerable.

El ministro del Interior de Nepal ha iniciado ya una serie de estudios sobre el potencial medicinal de esta planta, así como sobre el potencial de una posible exportación de productos relacionados con ella.

El pedido de legalización de los manifestantes se ve hoy en las calles, un pedido de liberación, un pedido de equidad, un pedido de reconexión ancestral.