LA DEMOCRACIA COMO BANDERA

Los discursos de odio y la amenaza a los Derechos Humanos

Foto: AFP.

En la columna de la semana pasada de La Democracia Como Bandera a cargo de Gabriela Taborda Varela, realizamos un análisis político de lo que dejó la jornada electoral de pasado domingo 22 de octubre, que a su vez coincidió con el Día Nacional de la Identidad, en este camino a los 40 años de democracia en Argentina.

La política es cada paso que damos en cada momento y en cada decisión” inicia reflexionando Taborda Varela. Y agrega: El pueblo se expresó y dijo a través del voto, los Derechos Humanos no son un privilegio, los Derechos Humanos son inherentes al humano desde el momento en que nacemos”.

La utilización del discurso de odio, y los mecanismos de instalación de estas miradas de odio fueron destacadas por la columnista, cuando menciona que si elegimos la motosierra por ejemplo, lo único que vamos a lograr es que nos desmonten el cerebro”.

Massa a mí no me representa, pero como un compañero me dijo, sólo lo voto a Massa frente a una grave situación en el país. Y es muy grave que una persona que te muestra una motosierra nos quiera gobernar. La motosierra es el símbolo del desmonte y no sólo hablo de los arboles como dije anteriormente, ahora hablo de los derechos y la democracia. Desde una perspectiva de Derechos Humanos es fundamental destacar la importancia de que el 19 de noviembre en la segunda vuelta, gane quién dije no me representa, pero bueno el señor Massa, es el candidato que nos da la posibilidad de seguir defendiendo la democracia y los Derechos Humanos. Entendiendo que privilegios solo los tienen algunos, y Derechos Humanos los tenemos todes desde que nacemos” añade nuestra interlocutora.

Marra fue claro, saldremos a cazar y a meter preso a los piqueteros. Nos están diciendo que no te quejes cuando algo no te guste, ¿eso querés?” se interpela la columnista.

En esta columna se aprovechó para reflexionar sobre lo que sucede en Chubut con los defensores ambientales. Al respecto de esto, Taborda Varela menciona: “En Chubut a los defensores ambientales por luchar por el agua, los torturaron. Entonces todas esas imágenes se apropiaron de mi. El momento de temor en el monte mientras la infantería nos rodeaba y se nos tiraban encima con sus armas y escudos, se vinieron a mi en un ratito. A mi compañero lo llegaron a violentar tanto que le dejaron un hombro, un brazo, y una mano en mal estado. La violencia psicológica que si no nos callamos nos desaparecen, es una pesadilla recurrente en mis sueños”.

Ya finalizando la columna, compartimos una reflexión de María Luque, profesora de historia, parte de la Comisión de Violencia Institucional de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba, sobre los resultados del domingo 22 de octubre: “Traen alivio a quienes participamos en organizaciones de Derechos Humanos. Ante los discursos de violencia y negacionismo se evidenció que la sociedad argentina tiene memoria, muchos temas abordados por dos de los candidatos, sin recordar lo que nos ocurrió en un pasado reciente no tuvieron el respaldo en votos. Que haya habido esa respuesta de parte de quienes tenemos participación en distintos partidos políticos, habla de que los Derechos Humanos son algo intocable de esta sociedad. Los votos obtenidos por esos dos candidatos violentos y negacionistas nos representan también un gran desafío que habrá que dar, contar a nuestros jóvenes, cuántas vidas y violencia pasamos para tener lo que hoy gozamos, la democracia, el respeto entre nosotros, la memoria, los derechos alcanzados.Los cuidados desde el Estado, no deben ser pisoteados, ayer volvimos a tener una certeza similar a cuando salimos a las calles por el 2×1. Habla de una sociedad argentina que entendió aquella frase de ni un paso atrás, y también de que nos hemos apropiado buenamente del Nunca Más”.