PANORAMA

El deterioro de las cuencas de agua y su influencia en la crisis hídrica

Foto: Exequiel Di Tofino.

La semana pasada en Panorama le realizamos una entrevista al biólogo, defensor ambiental, e investigador del CONICET, Fernando Barri. En esta oportunidad conversamos para analizar las consecuencias y perspectivas que presenta la crisis hídrica en las Sierras de Córdoba.

La crisis hídrica es un problema estructural de la provincia, basta mirar el Lago San Roque y los ríos de la zona, para poder dimensionar la magnitud de esta problemática. “Estamos en una situación bastante complicada, porque a pesar de que se preveía que este año podía llegar a llover un poco más, con el cambio del fenómeno de La Niña al Niño, en realidad eso no está ocurriendo, por ejemplo octubre ha sido el mes de menores precipitaciones en treinta años registradas para la zona de Punilla” indicó el biólogo en el comienzo de la entrevista.

El cambio climático no solo exacerba los fenómenos climáticos, o sea que las temperaturas puedan ser más extremas, sino que también las sequías van a ser más extremas. Y además va a ser mucho mas impredecible saber cuando va a ocurrir eso. Entonces estamos en un escenario de cambio climático, que nos está afectando los ciclos de lluvias. Y si a eso le sumamos que nuestra fuente, donde esa poca lluvia, porque vivimos, independientemente del cambio climático, en una región semiárida, si le sumamos que esa poca lluvia que tenemos de la fuente donde es captada, que son nuestras cuencas, está profundamente degradada, producto de ciclos de desmonte, de sobre-pastoreo, incendios, y actualmente se le suma el avance discriminado de las urbanizaciones. Eso hace que la poca agua que tengamos no es captada en nuestras cuencas, se lava rápidamente y no la tenemos disponible en esta época, que es cuando más la necesitamos” agregó el entrevistado.

A lo largo de la conversación nuestro interlocutor dejó en claro que la ciudadanía es la que debe exigir políticas públicas de preservación de las cuencas serranas.

En el presente la cuenca que abastece al San Roque está diezmada. Si empezaran a caer las lluvias como teóricamente tendría que ser en esta época del año, ¿cuánto tiempo va a llevar que se normalicen las cuencas? Le preguntemos a Barri. A lo que respondió: “En primer lugar hay que volver a esto de las cuencas. Nuestras cuencas son cuencas que tienen una huella hídrica corta, es decir no solo si se están degradando cumplen bien su función, sino que si hay períodos muy prolongados de sequía se pueden llegar a secar, en su parte media y baja, que es donde más las necesitamos, porque es desde donde tomamos el agua para abastecernos en las poblaciones serranas. Yo creo que si no empieza a llover de manera regular y constante, a partir de ahora, desde fines de noviembre, es muy probable que este fin de año tengamos una situación muy complicada, ya de hecho hay cortes en varias localidades de falta de agua. Si empezara a llover de manera regular, de manera regular quiere decir que llueve esporádicamente, un par de veces a la semana, no lluvias torrenciales, porque tampoco nos sirve eso, de que tengamos semanas y semanas sin lluvias y llegue una gran tormenta, lava un poco los suelos”.

Nos convendría que haya lluvia de promedio de diez, quince milímetros por semana, y eso podría hacer que las cuencas recarguen un poco el agua. Pero es impredecible, de vuelta, el fenómeno del cambio climático, del cuál los seres humanos somos responsables también, hace que eso sea bastante impredecible” añadió el entrevistado.

En el tratamiento de esta problemática no sirve mirar al corto plazo. Compartiendo su conocimiento al respecto, Fernando Barri expresó: “Hay que pensar en el largo plazo, si tenemos la suerte de que empieza a llover, bueno uno va a decir, estamos medianamente salvados esta temporada, pero, ¿qué va a pasar la próxima estación seca? Si seguimos degradando las cuencas, o si la próxima estación seca es aún peor que esta. Ahí es donde tenemos que empezar a pensar y tener una previsibilidad. Por eso yo hablaba del ordenamiento territorial, porque la política pública también tiene que estimar cuánta población pueden abastecer de agua nuestras cuencas. Y no solo cuánta población, sino que uso, no es lo mismo que todos los habitantes usemos racionalmente el agua, que se llenen piletas, que se usen para riego, y ese tipo de cosas”.

Muchos municipios de la zona ven a las perforaciones en busca de agua como la solución más práctica ante la falta del vital recurso. Explicando desde su entendimiento del tema, el biólogo manifestó: “Las perforaciones que tratan un poco de palear la falta de agua superficial (…) lo que están haciendo es sacar el agua subterránea de la misma cuenca. Es decir, la cuenca es un sistema donde toda el agua está junta, primero en forma subterránea, cuando se genera lo del efecto esponja que siempre mencionamos, y cuando satura el efecto esponja de manera superficial. El tema es que si se generan más perforaciones estamos sacando de la esponja y estamos haciendo que no llegue a la superficie por un lado, y por otro lado la pregunta, es ¿cuánto le podemos sacar a la esponja? ¿Cuánta agua le podemos sacar a la esponja? Si seguimos haciendo perforaciones la vamos a secar a la cuenca y el agua de la cuenca no es solo para los seres humanos sino que también es para las plantas, para los animales, para los ríos, para la vida de los ríos y arroyos, que además no es solo para la vida de la biodiversidad, sino que también el turismo depende un poco de eso. Y los embalses, los grandes embalses después de los cuales utiliza agua por ejemplo la ciudad de Córdoba, millones de personas, depende también de que no se seque la cuenca. Entonces hay que tener cuidado con ese tema de las perforaciones”.

La dinámica de las cuencas es muy compleja, tiene que ver con un montón de factores, y si bien el agua es un recurso renovable, se puede agotar, o se puede acabar localmente si no se maneja bien la cuenca” declaró Barri.

Para el investigador del CONICET los acueductos que buscan ejecutarse en territorio cordobés “no tienen ningún sentido”. En referencia a este tema opinó: “Si vos tenés una fuente que cuidándola podes abastecerte de agua sin problema, es absolutamente irracional, es un suicidio dejar que se termine de destruir y plantear que traigo agua total de otro lugar, con todo este gasto económico, energético, y demás”.

Este trasvase de cuencas que se está haciendo es un poco jugar a ser dios, que es lo que le gusta tanto a nuestros gobiernos y sobre todo a los ingenieros, de jugar a manejar la naturaleza, como si la naturaleza realmente pudiera ajustarse a cálculos matemáticos y a designios y caprichos de las personas” adjuntó el entrevistado.

La falta de agua es una problemática ya instalada en la región, producto de la suma de varios factores, entre la que podemos destacar el cambio climático, las cuencas degradadas, el crecimiento de la población sin planificación, entre otros tantos aspectos. Finalizando la conversación en Panorama le pedimos a Fernando Barri una reflexión final sobre el futuro que visualiza de esta problemática en la región. A lo que comentó: “Uno trata de evitar ser catastrófico, pero los informes, los datos, sobre todo lo que tiene que ver con cambio climático, nos muestran un panorama muy crítico para la vida de la humanidad en el mediano y largo plazo. Eso no quiere decir que no se puedan mejorar las cosas, pero mejorar las cosas es cuidar lo que tenemos, es cuidar los recursos naturales, no inventar”.