PANORAMA

Denuncias contra la decana de la Facultad de Comunicación por presunta corrupción y nepotismo

En un contexto marcado por crecientes denuncias de irregularidades dentro de la Universidad Nacional de Córdoba, la figura de Mariela Parisi, decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, ha quedado en el centro de la polémica. Según Lázaro Llorens, periodista de investigación del portal Striptease del Poder, Parisi se enfrenta a serias acusaciones que incluyen la malversación de fondos, el uso indebido de recursos públicos y la contratación de familiares y amigos en posiciones clave, tanto en la facultad como en los Servicios de Radio y Televisión (SRT).

Entrevista al periodista de investigación Lázaro LLorens

Llorens asegura que Parisi asumió el cargo sin haber concursado previamente y describe su llegada a la decanatura como el resultado de una decisión arbitraria respaldada por un sector hegemónico dentro de la universidad. Entre las denuncias más graves se encuentra la supuesta contratación de su hija en el SRT con un salario similar al de un docente, la compra de equipos tecnológicos por más de 10.000 dólares a un proveedor no registrado y el uso de viáticos y fondos públicos para gastos personales, como estacionamiento y alimentos.

Las críticas de Llorens también se extienden a Daniel Barraco, esposo de Parisi, quien ha sido señalado por ejecutar un plan de reestructuración en los SRT que incluyó el despido de periodistas y la cancelación de programas. Barraco, quien ocupa un horario central en la programación del canal, ha sido acusado de utilizar su influencia para obtener pauta publicitaria y lucrar con contenido producido dentro de la universidad.

Estas revelaciones, que han sido objeto de denuncias tanto en la justicia provincial como en la federal, han generado indignación en diversos sectores de la comunidad universitaria. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades de la UNC no han brindado respuestas oficiales ante las acusaciones ni han permitido que se investiguen a fondo los hechos denunciados.

En medio de este panorama, Llorens enfrenta una demanda por 25 millones de pesos interpuesta por Parisi y Barraco, quienes alegan haber sido calumniados e injuriados por el periodista. «Me acusan por comentarios en redes sociales, pero no han respondido a ninguna de las notas que publiqué con pruebas contundentes sobre las irregularidades que denuncié», sostiene Llorens, quien además señala que la gestión de Parisi ha estado marcada por el ocultamiento y la falta de transparencia.

La comunidad universitaria se encuentra dividida ante la situación, con sectores que apoyan la investigación de Llorens y otros que permanecen en silencio. «La universidad no puede seguir siendo un espacio donde reina la impunidad. Debemos salir a defender una comunicación libre y democrática», concluye el periodista, llamando a la reflexión sobre el rol que cumplen las autoridades universitarias en la gestión pública.

Origen de las denuncias

Todo comenzó en febrero del año pasado, cuando, tras la llegada de Javier Milei a la presidencia, el Consejo Superior de la UNC aprobó un plan de reestructuración que incluyó retiros voluntarios, jubilaciones anticipadas y recortes en el multimedio SRT. Estos cambios fueron percibidos por los trabajadores como despidos encubiertos. Sorprendentemente, la Facultad de Ciencias de la Comunicación, encabezada por Mariela Parisi, se abstuvo en la votación, a pesar de haber defendido históricamente la pluralidad de voces y los medios públicos​.

Paralelamente, Daniel Barraco, primo de César Barraco y físico de profesión, fue designado interventor de los SRT, implementando medidas de ajuste drásticas que incluyeron el levantamiento de programas y el pago de salarios en cuotas. Llorens denuncia que, mientras muchos periodistas fueron despedidos, el esposo de la decana, César Barraco, amplió su presencia mediática en un cuádruplex que abarca AM, FM, TV y streaming​.

Según las investigaciones de Llorens, Parisi habría realizado más de un centenar de gastos personales con el presupuesto de la universidad, incluyendo compras en supermercados, estacionamientos, y gastos en sushi y lomitos, bajo conceptos como «refrigerio» y «traslado». Algunos de estos gastos se realizaron en días no laborales, lo que viola las normativas vigentes. Asimismo, la decana habría llevado a cabo tres costosos viajes internacionales, financiados por la universidad, cuyos beneficios concretos para la institución aún no han sido aclarados​.

Otro de los puntos críticos de las denuncias es la contratación de personas cercanas a Parisi y Barraco en cargos clave. Entre ellas, destaca la contratación de la hija de Parisi, Martina Rolotti, como pasante rentada en los SRT, un hecho que pasó desapercibido debido a que la joven no lleva el apellido de su madre. También se señala la contratación de Ornella Franco Romero, amiga cercana de la hija de Parisi, en el mismo canal universitario​.

Además, Parisi habría contratado a su esposo, César Barraco, para impartir talleres en la facultad, justificando su decisión al afirmar que Barraco «había cambiado la manera de hacer radio en Córdoba». Sin embargo, la calidad periodística de Barraco ha sido fuertemente cuestionada por varios sectores.

Mientras el interventor Daniel Barraco eliminaba programas críticos en los SRT, César Barraco vio cómo su programa «Mirá quién habla» no solo sobrevivía, sino que se expandía a un cuádruplex. Esto sucedió en un contexto en el que otros periodistas fueron despedidos o retirados del aire, lo que generó un ambiente de repudio entre los trabajadores de los SRT​.

En respuesta a las publicaciones de Llorens, Parisi y su esposo presentaron una demanda por «daños y perjuicios, calumnias e injurias», exigiendo una retractación pública y un resarcimiento de 24 millones de pesos. A pesar de esto, hasta la fecha, ni Parisi ni las autoridades de la UNC han ofrecido respuestas claras a las graves acusaciones planteadas en las investigaciones periodísticas​.

A pesar de los múltiples pedidos de informes por parte de sectores de la comunidad universitaria, las autoridades de la UNC han mantenido silencio respecto a las denuncias. El Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación emitió un comunicado en el que repudiaba las publicaciones de Striptease del Poder, acusando al medio de «agresiones, injurias y calumnias» que buscaban desestabilizar a la institución​.