
Cuando vemos pasar las “filminas” que expuso el presidente Alberto Fernández, en su última exposición realizada el viernes pasado, vemos que se refuerza aún más su planteo de que el Covid-19 se ha trasladado a las provincias del interior, llevando a un “escenario distinto” a la que había durante la concentración en el CABA y AMBA.


Para la siguiente filmina, vemos que Córdoba, descontando la notable particularidad de Tierra del Fuego, es la provincia que está a la cabeza de las mayores tasas de incidencia acumulada (465 casos cada cien mil habitantes), superando un 26% a la de su provincia vecina Santa Fe (365), un 62% a la provincia de Buenos Aires, y un 75% a la Capital Federal.
Y para peor: es casi el doble que lo que tiene el promedio nacional: 238.

Finalmente, en la evolución de los casos confirmados, vemos que la tendencia de Córdoba tiene una particularidad. Si prestamos atención, vemos que en general, la tendencia de los crecimientos ha sido de índole exponencial, esto sería un crecimiento de casos en poco tiempo, lo que lleva a que las líneas coloridas se “aplanen” sin tocar a una línea vertical invisible para mantener su crecimiento por arriba, pero que luego van adquiriendo un crecimiento más lineal (diagonal) o más aplanada a lo horizonal, es decir, logística.
En el caso de nuestra provincia es al revés: su crecimiento mantenía una apariencia lineal y, en la actualidad, tiende a ser exponencial, a punto de tocar a Santa Fe.

El abuelo de Heidi y Mirtha Legrand
Tuvo que salir un decreto nacional para que el Gobierno de Córdoba, al día siguiente, buscara la vuelta de evitar que ese crecimiento retornara a su estadio exponencial. Eso no justificó que el gobernador Juan Schiaretti tuviera que mostrar su cara, exponiendo una inocencia de cara alegre a lo abuelito de Heidi, sin aceptar preguntas a la prensa, y realizando una alabanza donde reafirmó que “los cordobeses somos solidarios”, contradiciéndose con que la principal explicación de los focos son por las reuniones sociales y clandestinas.
Mientras tanto, el papel del ministro de salud Diego Cardozo, se expuso horrorizado como una suerte de Mirtha Legrand, aprovechando la mesa pero sin platos ni cubiertos, donde dijo que le preocupaba la presencia poblacional en el Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba, siendo él mismo un funcionario público en donde debería actuar como tal para evitarlo.
Nuevo período
Gran pregunta acarrea sobre lo que vendrá después de las medidas de cuarentena, la permanencia de la crisis económica y la mirada atenta a que el bosque nativo pueda recuperarse por los incendios. No es menor esto último:
con más 200 mil hectáreas incendiadas, es prácticamente la de mayor expansión que ha tenido en todo el siglo.
Si bien ya existía una tendencia migratorio de los habitantes de las grandes ciudades a mudarse a pueblos del interior, en particular los que permitan convivir con el monte, resultara más que notorio cuando las medidas de cuarentena se hayan completamente extinguidas y, con ello, la habilitación de traslados hacia otras regiones, con la transacción de compra-venta de lotes de por medio. Todo ello, requerirá una necesaria discusión sobre ordenamiento territorial, de la cual la disputa de intereses estará más enardecida y, por ende, una dificultad propia de participación ciudadana como dicta las leyes, a pesar del capricho empresarial-político que no está acostumbrada a dar la cara.
Del origen al devenir
A comienzos del año 2000, poco después que José Manuel de la Sota asumiera por primera vez la gobernación, el Poder Ejecutivo creó la agencia Corporación Inmobiliaria Córdoba o “Corincor”. Desde entonces, hasta su disolución en el año 2014, Corincor se encargó de poner en remate valiosas terrenos públicos, para quienes buscaban realizar sobre ellas distintos emprendimientos inmobiliarios.
El Corincor estaba a cargo de Carlos Presas, un funcionario – operador delasotista, sindicado de haber pagado coimas cuando era legislador provincial, para sacar adelante la famosa “Ley Bodega”, con la que se autorizó la privatización o concesión de empresas públicas.
Quizás la venta de Corincor más recordada, y que mayor polémica generó, fue la del enorme predio del Ex – Batallón 141 en la ciudad de Córdoba, pegada al mencionado Parque Sarmiento. Realizada en el año 2007, a la licitación solo se presentó Corporación América, propiedad del magnate de los aeropuertos y fugador de divisas Eduardo Eurnekián. Así, las 22 hectáreas verdes se vendieron a razón de U$S 136 el m2, cuando en la zona el valor de mercado superaba los U$S 1.000 el m2.
Casualmente en ese mismo año Helport SA, la constructora de Corporación América, se unió con la firma local Britos SA, para ganar la licitación de la construcción del Camino del Cuadrado, aquel que conectaba los pueblos de Sierras Chicas, con el capataz Carlos Presas, y los de Punilla, con el baqueano Carlos Caserio.
Seguidamente, Britos SA pasó a ser conducida por ex altos funcionarios del gobernador De la Sota, con el porteño Horacio Miró a la cabeza, sindicado de ser el testaferro del creador del “cordobesismo”. Y por supuesto, tanto a título personal como su firma, aportó fondos para las distintas campañas de Unión Por Córdoba. Por lo cual cabe la interpretación de que ese pase de manos de la empresa Britos SA, fue el “retorno” por la venta a vil precio y en cómodas cuotas del ex Batallón 141. Hasta su último suspiro en las campañas a gobernador de Schiaretti en 2015, cuando la firma se desintegró, fruto de la filtración de cámaras ocultas realizadas por Tomás Méndez, a su socio de Kolektor, Hermann Karsten.
Y ahora, con el debut de Hacemos Por Córdoba en 2019, lo que prevalece en el financiamiento de las campañas del oficialismo no son las empresas de obra pública, sino las inmobiliarias. Aquellas que fueron beneficiadas por aquellos remates emprendidos en la década pasada. Tal es el caso de la firma Trium SA, de la familia Porta, que en el 2006 ganaron el remate de la Villa El Pocito, y la desarrollista Edisur, por la compra de un terreno pegado a la Terminal de Ómnibus de la ciudad de Córdoba, donde construyeron monumentales edificios. Ambos, aportaron a las campañas del año pasado.
Restara preguntarse si con esos terrenos despejados por el fuego, que permiten un mayor panorama visual de lo que es el espacio verde, demandada por aquellos que se quieren alejarse de la congestionada urbes, emprenderá el surgimiento de un nuevo empresariado inmobiliario y, con ella, un nuevo financiamiento para las campañas, cuyo origen ya no será tanto en los negocios de la capital cordobesa, sino en las serranas.
Por lo pronto, parte de la prensa local comercial, se encargará de desestimar esas teorías como “conspiranoicas”, tal como lo expone éste artículo de opinión, que pertenece a los dueños de Canal 12.